Direccional o no, el pensamiento modifica la materia sobre la que se asienta
(duration: CD 1: 62:08
CD 2: 61:21)
Pilar Subira _ percussion
Josep Manuel Berenguer _ editing and mix, electronics, software development, sound processing
Graciela Muñoz Farida, Cristian Lopez, Carlos Gómez _ field recording
con el amable apoyo de:
Das Studio für Elektroakustische Musik · Akademie der Künste Berlin
Doble CD #0038 josep manuel berenguer :
Direccional o no, el pensamiento modifica la materia sobre la que se asienta
Desde que tengo memoria artística me siento fascinado por las fronteras entre la continuidad y la discontinuidad, lo decible y lo indecible, lo numerable y lo no numerable; entre lo que puede ser completamente descrito por un algoritmo y lo que no; entre las escrituras precisas y las que solo alcanzan a ser aproximaciones a algún fenómeno; entre la direccionalidad y su ausencia, la adireccionalidad, conflicto que, no sin cierta lucha interior, sugiero como esencia de este doble disco compacto, titulado al fin Direccional o no · El pensamiento modifica la materia sobre la que se asienta.
Integran el primer disco, Direccional, más tradicionalmente musical que el segundo, obras a veces llamadas direccionales, cuyo desarrollo se encamina a alguna parte, que es su fin. De entre ellas, dos resultan de la aplicación de algún procedimiento preciso y hasta formalizable. Alguien hasta convendría en que son algorítmicas y, es cierto, podrían ser caracterizadas así; sin embargo, prefiero eludir esa denominación, puesto que, junto al hecho de que muchas de las elecciones internas son tomadas al azar, los procedimientos que las implementan nunca fueron en su totalidad definidos previamente a la realización completa de las piezas, sino que surgen de un continuo cuestionamiento interior durante ese transcurso. Su escritura resulta en un código constantemente mutante -esculpido, podría también decirse- que únicamente cristaliza cuando de lo más íntimo de la consciencia surge el convencimiento de que la pieza está terminada. A partir de ahí, cada vez que sus procedimientos se ejecutan, esas piezas emergen, idénticas a sí mismas como obras, aunque las versiones sucesivas no coincidan completamente, como sucede con todas las músicas que requieren de la interpretación humana.
Los cortes del segundo disco, No direccional, son grabaciones que bien hubieran podido empezar o terminar en cualquier otro instante. Su duración en el disco, característica poco importante para mí, es fruto de la arbitrariedad. […] Es en ese mundo de generación continua de comportamientos sonoros y musicales perpetuamente cambiantes, de evolución hacia ninguna parte, igual que ocurre en la vida y en el universo, donde lo procedural, lo algorítmico, lo computacional, el empleo de máquinas cada vez más complejas, cobran para mí el mayor sentido. Ya la primera vez que programé un proceso algorítmico sin fin en los años ochenta, uno producido por un autómata finito no determinista, inspirado en la estructura sintáctica de la frase que finalmente da nombre a este disco compacto, concebida por aquella época al especular acerca de una misteriosa y fascinante imagen de Ludwig Wittgenstein, experimentaba una extraña sensación al detener la computación y, por tanto, las producciones sonoras. ¿Habría alguna secuencia de sonidos o una superposición, algún evento que tras ese gesto pudiera quedar hurtado para siempre a mis oídos? Tras esa decisión, ¿qué maravilla nunca más ya podría ser escuchada? Por definición, es imposible trasladar íntegramente ese proceso a un disco compacto, que contiene los archivos desde lo que por convención se le indica como principio hasta su también arbitrario y condicionado fin. De ahí, la larga duración de los cortes del segundo disco, cuyo contenido ha sido generado, sí, por procesos y procedimientos que solo terminarían ante la arbitrariedad de la orden de parada, pero cristalizados en el soporte, a fin de hacer posible su escucha aunque no se disponga de las herramientas de cómputo que su producción constante y sin fin requiere.
(Josep Manuel Berenguer)